Artículo 1 "Doctrina Fundamental"
Creemos en el modelo bíblico de salvación: arrepentimiento, bautismo en el nombre de Jesucristo y recibir el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Fomentamos la unidad en la fe.
" Un Señor, una Fé, un Bautismo en el nombre de JESÚS "
Nuestra doctrina está basada íntegramente en la Biblia. Es una fe apostólica, práctica y centrada en Jesucristo como el único Dios verdadero.
Creemos, enseñamos y practicamos lo siguiente, Artículos de Fé:
Creemos en el modelo bíblico de salvación: arrepentimiento, bautismo en el nombre de Jesucristo y recibir el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Fomentamos la unidad en la fe.
La Biblia es la Palabra inspirada e infalible de Dios. Toda doctrina y fe deben basarse en ella, bajo la guía del Espíritu Santo.
Creemos en un solo Dios eterno e indivisible, manifestado como Padre, Hijo y Espíritu Santo. No tres dioses, sino un solo Dios.
Dios se manifestó en carne como Jesucristo. En Él habita toda la plenitud de la Deidad. Es el único mediador entre Dios y los hombres.
El nombre de JESÚS es el nombre redentor de Dios. No hay otro nombre bajo el cielo por el cual podamos ser salvos.
Dios creó al hombre a su imagen. El pecado entró por la desobediencia de Adán y Eva. Vivimos en un mundo caído, pero redimidos en Cristo reflejamos su amor y dignidad.
El arrepentimiento genuino es necesario para el perdón. Es el primer paso hacia la salvación y consiste en confesar y abandonar el pecado.
Creemos en el bautismo por inmersión en el nombre de Jesucristo. Es un acto de obediencia para quienes se han arrepentido de corazón.
El bautismo del Espíritu Santo es una promesa para todos los creyentes, y su evidencia inicial es hablar en lenguas. Es poder para vivir en santidad.
Dios es nuestro sanador. La sanidad fue incluida en la expiación de Cristo y sigue vigente hoy para los que creen.
La Cena del Señor es una ordenanza sagrada que recuerda el sacrificio de Cristo mediante pan y fruto de la vid como símbolos de su cuerpo y sangre.
Jesús lavó los pies como ejemplo de humildad. Los creyentes practican esta ordenanza como un acto de servicio y amor fraternal.
El creyente está llamado a vivir en santidad. Rechazamos prácticas y estilos de vida que no reflejan la pureza del evangelio.
La gracia es el favor inmerecido de Dios que salva, pero también enseña a vivir en justicia. El creyente debe permanecer en esa gracia.
Dios restaurará todo según sus promesas proféticas, aunque esta restauración no incluye al diablo, sus ángeles ni a los que rechazan a Cristo.
Jesús vendrá nuevamente. Los muertos en Cristo resucitarán, y los creyentes vivos serán arrebatados para encontrarse con Él en las nubes.
El diezmo es el plan financiero de Dios desde tiempos de Abraham. Es una expresión de obediencia y sustento de su obra.
El matrimonio es una institución divina entre un hombre y una mujer. No aprobamos uniones que contradigan este diseño bíblico.
Jesús vendrá de nuevo, de forma visible y gloriosa. Es la esperanza viva de la Iglesia y el cumplimiento de las promesas apostólicas.
Después de la gran tribulación vendrá el Reino Milenial: un tiempo de paz y justicia en el que Cristo reinará sobre la tierra.
Después del Milenio, todos los muertos resucitarán para ser juzgados. Los que no están inscritos en el Libro de la Vida serán condenados eternamente.
CREEMOS QUE: JESÚS ES EL PADRE EN SU DIVINIDAD, EL HIJO EN SU HUMANIDAD, Y EL ESPÍRITU SANTO EN EMANACIÓN. CREEMOS QUE: JESUS ES EL PADRE EN LA CREACIÓN, EL HIJO EN LA REDENCIÓN Y EL ESPÍRITU SANTO EN LA REGENERACIÓN. “Y PEDRO LES DIJO: ARREPENTÍOS, Y BAUTÍCESE, CADA UNO DE VOSOTROS, EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO, PARA PERDÓN DE LOS PECADOS Y, RECIBIRÉIS EL DON DEL ESPÍRITU SANTO” – Hechos 2:38. “Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE, BAJO EL CIELO, DADO A LOS HOMBRES, EN QUE PODAMOS SER SALVOS” – Hechos 4:12.